Dado su carácter hereditario son muy importantes los antecedentes familiares.
Desgraciadamente muchos casos cursan sin síntomas y cuando el paciente nota pérdida
visual el caso suele estar muy avanzado.
El glaucoma es la segunda causa más común de ceguera.
Para diagnosticar la entidad se debe valorar la presión intraocular, el grosor de la córnea, el campo visual y el nervio óptico. Estas exploraciones no son dolorosas.